El teletrabajo puede ser bastante productivo si los empresarios siguen las mejores prácticas. Permitir el teletrabajo, siempre que sea posible, es un paso importante que las empresas pueden dar para garantizar la seguridad y el bienestar de sus trabajadores y clientes. En algunos casos, los empresarios se han encontrado con pocas opciones cuando el gobierno ha ordenado cuarentenas e impuesto toques de queda, obligando a las empresas a cerrar sus oficinas.

Además de no exponerse a otras personas en el lugar de trabajo, el teletrabajo elimina el peligro de ir y venir al trabajo. Al permitir que los empleados teletrabajen, las empresas también limitan la necesidad de que los empleados se desplacen físicamente hacia y desde el lugar de trabajo, algo que los empleados de muchos mercados importantes hacen a través de los abarrotados sistemas de transporte público.

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El primer paso para cualquier empresa que se plantee ampliar o implantar el teletrabajo entre sus empleados es tomarse el tiempo necesario para revisar y actualizar sus políticas actuales o elaborar otras nuevas de carácter temporal. Estos son los consejos que ofrecen los empresarios:

• Explorar si la empresa puede establecer políticas y prácticas, como lugares de trabajo flexibles (por ejemplo, teletrabajo) y horarios de trabajo flexibles (por ejemplo, turnos escalonados), para aumentar la distancia física entre los empleados y entre éstos y los demás.
• En el caso de los empleados que puedan teletrabajar, los empresarios deben animarles a hacerlo en lugar de acudir al lugar de trabajo hasta que los síntomas se hayan resuelto por completo.
• Asegurarse de que la empresa cuenta con la tecnología de la información y la infraestructura necesarias para dar soporte a múltiples empleados que puedan trabajar desde casa.

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Gestión del teletrabajo
Cualquier política de teletrabajo razonable y eficaz que desarrolle debe guiarse por las siguientes consideraciones:

• Determinar la elegibilidad y crear procedimientos. Si se desea aplicar una política de teletrabajo temporal, se debería definir claramente qué empleados pueden optar al teletrabajo, la duración de las adaptaciones previstas para el teletrabajo (con una disposición en la que se autorice al empresario a modificarla a medida que se desarrolle la situación), y las responsabilidades que tanto el empleado como el empresario tienen en virtud de la política.
• Descripción del registro de las horas, qué tecnología o equipo proporcionará el empleador para garantizar el cumplimiento de la política, y qué gastos laborales razonables son reembolsables para las necesidades de teletrabajo. La política debe designar un punto de contacto para cualquier pregunta relacionada con los requisitos del teletrabajo.

Además de los empleados, las empresas deben tener en cuenta las implicaciones de la política para los trabajadores que no son empleados, como los trabajadores de las empresas de personal y los proveedores de servicios de terceros que trabajan in situ, y mantener las líneas de comunicación abiertas con los empleadores de dichos trabajadores.

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Los empresarios con empleados sindicados deben ser conscientes de sus obligaciones en virtud de los convenios colectivos:

• Gestionar las expectativas de comunicación. Puede que algunos empresarios no estén acostumbrados a interactuar con los empleados estrictamente a través del uso de plataformas remotas. Es importante que las políticas de teletrabajo del empleador aclaren las expectativas sobre la frecuencia y el método de comunicación de los empleados. Esto podría incluir expectativas específicas sobre las llamadas telefónicas diarias o semanales necesarias con los supervisores correspondientes.
• Si su empresa no ofrece normalmente el teletrabajo como opción laboral, establezca una política claramente comunicada en la que se indique que lo hace sólo a causa de la pandemia del COVID-19. Es importante dejar claro a los empleados que trabajar desde casa durante una pandemia no significa que se les permita trabajar desde casa o alterar sus horarios de trabajo habituales una vez que el brote haya terminado.
• Es recomendable hacer que los empleados revisen y firmen la política de teletrabajo. Esto debería requerir que los empleados acepten que el empleador tiene la máxima discreción permitida por la ley para administrar, cambiar, modificar o revocar la política en cualquier momento (con o sin previo aviso), y aclarar si la política está destinada a ser temporal o permanente.
• Establezca la seguridad y la supervisión. Si el trabajo a distancia no es ya una práctica habitual en su organización, asegúrese de adoptar políticas que regulen el acceso de los empleados a distancia y que aborden cuestiones como la seguridad de la red, la protección de la información confidencial de la empresa y el control del tiempo. Esto debe incluir el tratamiento de los problemas prácticos, como la prohibición de que los empleados trabajen fuera de las cafeterías.

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